miércoles, 30 de junio de 2010

MUJERES BATERAS! YEAAAAAAAH

El staff reducido pero aún lisérgico se congratula de compartir con todxs ustedes, amables lectorxs de este su blog, el articulo que analiza a las mujeres que aporrean los parches publicado en la revista Queer "Una buena barba" de Marta G. Franco. Aunque en el articulo falten nombres como Cindy Blackman -batería de lenny Kravitz- Dee Plakas de L7, Samantha Maloney...Yeah!




Hay quien piensa que el mundo no necesita otro artículo sobre “mujeres que...”, que ya está bien de hacernos destacar sólo por una adscripción de género, que en todo caso mola celebrar la cultura feminista y no segregar a las personas según los esquemas binaristas que queremos superar. Puede que tengan razón, pero también es cierto que queda mucho por hacer.
Todxs podemos citar a mujeres músicas que han tenido éxito y reconocimiento dentro de grupos mixtos, pero sigue costando más pensar en muchas que hayan destacado tocando la batería. Incluso se me ocurren unos cuantos grupos míticos de riot grrrls en los que hay chicos llevando las baquetas: Hello Cuca, la última formación de Hole, las Slits en la mitad de sus reencarnaciones, Penne Wanna Have... no estoy diciendo que estos chavales no sean feministas a tope, sino que parece haber algún tipo de problema sistémico en este asunto.

El motivo puede ser que la percusión es el trabajo más físico y el que menos da para el lucimiento en una banda: recordemos que las tías empezaron a rocanrolear como cantantes y aún hoy a menudo se les hace hueco porque quedan muy bien en escena. Probablemente la carga de asertividad, fuerza e insistencia que lleva asociada la batería no haya ayudado tampoco. Es un instrumento ruidoso, enérgico y primitivo que suele marcar los tiempos; nada hacia lo que una señorita deba sentirse inclinada según las pelis de Disney.
También pesa la falta de referentes: hay pocas baterías con las que las niñas pueden decir “¡eh, de mayor quiero ser como ella!”, o las hay pero falta visibilizarlas, y en eso estamos. Como quien dice que sólo será postfeminista en un mundo postpatriarcal, yo digo que sólo borraré este texto cuando el hecho de que una chica toque la batería, y lo haga bien, deje de ser motivo de sorpresa
o burla. Me temo que tiene por delante mucha vigencia.
Comenzamos nuestro recorrido con una mujer estadounidense llamada Karen Carpenter. A Karen se la recuerda como la chica dulce que cantaba junto a su hermano en The Carpenters, ese grupo de melodías pastelosas dignas de Kiss FM (“We’ve Only Just Begun” y “They Long To Be Close To You” fueron sus dos hits).
Sin embargo basta buscar en Youtube para apreciar que era una fantástica batería, sobre todo viendo cómo se las gasta en las actuaciones de la primera parte de su carrera, más yeyés y rozando el virtuosismo garagero. Aunque ella se consideraba “una batería que canta”, el público prefirió encasillarla en el papel de chica mona, perfectamente empaquetado en un personaje público cuyos hobbies eran cocinar, hacer punto y coleccionar peluches, mejor que recordarla como alguien capaz de redoblarse a sí misma (busca el vídeo del especial televisivo de 1976 para flipar). De hecho, se dejó ganar por la presión de ser la perfect housewife hasta el punto de que murió con 32 años debido a complicaciones asociadas a la anorexia que había sufrido desde que empezó su carrera.


Así que como primer referente de empoderamiento tendremos que elegir a otra: Maureen “Moe” Tucker, batería de la Velvet Underground y pionera del concepto de mujer-instrumentalista-en-un-grupo-de-rockn-roll (frente al mucho más común front-woman aka niña-mona-que-canta). Llamaba la atención porque tenía una técnica bastante peculiar y siempre tocaba de pie para poder usar el bombo como si fuera un plato, ya que odiaba el sonido centelleante que según ella sobresalía demasiado.
Usaba mazas en vez de baquetas y a veces hasta ponía el bombo en horizontal para maltratarlo con ellas. Aportaba el toque crudo y salvaje a las canciones de la Velvet, esa dureza suave que se pega al estómago, el ritmo ágil de las canciones más amables y el denso de los pasajes heroinómanos. También es la voz de las bonitas “After Hours “y “I’m Sticking With You”.
Supo abandonar el barco a tiempo y cuando la Velvet se convirtieron en una caricatura de sí mismxs se puso a currar en Wal-Mart y vivió alejada de las estridencias de rock n roll star. Se dedicó a la cadena de supermercados entre 1971 y 1989, momento en que descubrió felizmente que se gana más dinero haciendo giras con reuniones de la Velvet y otros grupos.


La siguiente parada la hacemos en el Londres de la explosión punk de fi nales de los 70. Paloma Romero, más conocida como Palmolive, huyó de Málaga para buscar vidas más divertidas, las encontró de todos los tipos y de paso inventó una forma de tocar la batería fresca, cero pretenciosa y muy histriónica. Palmolive fue co-culpable del sonido descacharrante y destartalado de las Slits, hasta que las dejó porque no le gustaba la portada del elepé Cut (con razón, es horrible).
También de los devaneos antimelódicos con los que las Raincoats iniciaron un acertado tránsito: del post-punk conformista a caminos menos explorados, más reggaes, más locos.
Nada haría presagiar que poco después se iría de viaje a la India y a la vuelta se casaría y abrazaría el catolicismo. Dicen que vive en Estados Unidos y tiene un grupo con el que ha reescrito sus antiguas letras para que todos los estribillos rimen con “amén”.
Preferimos quedarnos con la imagen que vemos en “Los punks”, un documental de TVE de 1978 con aspiraciones antropológicas, en el que cuenta como componente de “Las Rajitas” cómo veía el movimiento londinense de una forma encantadora. En aquellos momentos ella era joven, descarada y pasaba de todo; era punk y tocaba la batería, ¿qué más se puede pedir?


Siguiendo su estela, de forma ética o estética, vinieron luego todas las riot grrrls. No por militar en grupos sólo de chicas quiero dejar de citar a las maravillosas Janet Weiss de Sleater-Kinney (ahora toca con Stephen Malkmus, ex Pavement), Tobi Vail de Bikini Kill, Torry Castellano de las Donnas, Hannah Billie de The Gossip o Emma Gaze en Electrelane. Molan mil todas ellas, cada una en su estilo.
Vamos con una que no sabemos si existe pero marcó a una generación. Es Goo, que le da nombre al disco que Sonic Youth sacaron en 1990, uno de los más accesibles e icónicos de su trayectoria, el de la portada que muestra a una pareja de asesinxs en plan cómic. Kim Gordon, bajista y compositora sónica, le hizo una canción porque es una tía guay que se ríe de los chicos, se acuesta con quien quiere, lleva bragas verdes y, oh sí, toca la batería.

Para darle la importancia que se merece a nuestra amiga ¿imaginaria? contemos que Gordon por esta época iba por ahí dicienel punk y que este disco tuvo éxito a nivel MTV. Por cierto, incluye otro corte dedicado a Karen Carpenter en el que se la imaginan feliz en el cielo llevándole la sección rítmica a Janis Joplin y Elvis Presley. Entrañable. También en el 90 una mujer empieza a tocar la batería en uno de los grupos de indiepop más aclamados: lxs Pastels. Hay quien les considera el proyecto personal de Stephen McRobbie, ideólogo y héroe indie que se ha mantenido como líder del grupo durante veinte años, y la mayoría de la gente pasa por alto que Kristine Mitchell también toca en lxs Pastels desde el principio, y desde hace unos cuantos discos está muy activa en la composición de canciones.

Pero si queremos una leyenda indie con mayúsculas aquí viene Georgia Hubbley, de Yo La Tengo. El noise-rock de lxs de Hoboken no sería tan ruidoso, contundente, majestuoso ni catárquico sin la aportación de Hubbley. Lleva perfeccionando su técnica desde 1984 y es una delicia verla en directo.
De cualquier manera, la referencia más a mano que tienen desde hace unos años todas las chicas que quieren aprender a tocar la batería es Meg White, mitad de White Stripes. Una vez más se supone que el carismático es su ex marido y compa de banda, Jack, pero ella no se le queda atrás en glamour, interés y misterio.
Su forma de tocar se tacha mucha veces de simplista: mucho bombo, ritmos constantes o constantemente acelerados y poco más. Sin embargo no se le puede decir que no sea solvente, porque ella solita se echa encima toda la rítmica – que lxs White Stripes no tienen bajo ya lo sabéis todxs, ¿no? - y su discografía está llena de temazos bailables y saltables.
No es muy amiga de contar sus intimidades ni conceder entrevistas, pero esto es lo que dijo Jack White sobre quienes la critican: “Su feminismo y extremo minimalismo es demasiado para ser aceptado por algunos metalheads, ella puede hacer lo que aquellos con una gran habilidad técnica no pueden.” El montón de discos vendidos y lxs fans que cosecha también la avalan, faltaría más.

Terminamos con una apuesta para el porvenir:
Frankie Rose, una chica listísima que ha estado en tres de los grupos de indiepop más chulos que han salido de Nueva York en los últimos años. Primero las Vivian Girls, las reinas del reverb y el verano lo-fi , luego los www, más malrolleros y aterciopelados pero bien chulos, y de ahí a las Dum Dum Girls, que son las jefas de esta temporada en lo que a estribillos edulcorados y guitarras ramonianas se refi ere. Creíamos que seguía en esas pero no la hemos visto en el Primavera Sound con ellas. Es como si cada vez que su grupo se hace famoso fuera de Brooklyn lo dejara porque no quiere salir del barrio.
Y tengo ganas de saber qué es lo que maquina, o si está por fi n centrándose en su carrera como Frankie & The Outs, porque estoy convencida de que nos va a deparar momentos grandísimos.
Hasta aquí llego, ahora te propongo un ejercicio:
busca “drummer girl” en Google, verás cómo encuentras más fotos de tías semidesnudas sujetando baquetas de las que puedes soportar. Como decía, este artículo podría ser mucho más largo, cabe hacer mucha más arqueología y además habría que descentrarlo: sólo he hablado de pop y rock n roll anglófilo, pero me consta que hay muchas percusionistas que destacan en otras músicas y en otros mundos.

Para más información y aliento puedes empezar por la revista Tom Tom Mag, online o en papel pero lamentablemente sólo en inglés, cuya meta es contribuir a fortalecer la comunidad de mujeres bateristas de todo el mundo. En la web hay un montón de entrevistas chicas yankees jóvenes. A todas les preguntan cuánto tiempo tardaron en sentirse bateristas legitimadas y hay demasiadas que, con un par de discos grabados y habiendo girado por medio mundo (por ejemplo Ali Koehler, sucesora de Frankie en las Vivian Girls), dicen que aún no lo son. Todas coinciden en que han tenido que escuchar demasiadas veces frases del tipo “no lo haces del todo mal para ser una chica” o “guau, no esperaba que una tía pudiera tocar así la batería”.
Pongámonos brutas para terminar: vamos a darles a todos esos gilipollas con la baqueta en la boca. Oh yeah.

jueves, 24 de junio de 2010

OZZY Y LOS LIBROS



Cuando se tiene un sueño maldito uno no logra olvidarlo. Es lo que ocurre en la vida, explica Ozzy (John Michael) en Zeit Magazin. Los sueños son nuestro carburante, son los que nos han llevado al espacio. Sin sueños no hay música, ni películas ni libros.
Cuando crecí en Birmingham éramos tan pobres que apenas tenía sueños. Admiraba a los Beatles como casi todos los jóvenes de entonces y soñaba con ser uno de ellos. Entretanto conocí a Paul, un tipo de primera. Sin los sueños, que él y los demás Beatles despertaron en mí, quizá hoy seguiría curioseando en una barraca sórdida y rascándome el culo.
No puedo quejarme, en mi vida se han cumplido casi todos los sueños. Bien es verdad que también algunas pesadillas, pero son parte de los sueños. Sigue pendiente un sueño profesional: hasta hoy no he conseguido un álbum número uno. Y me gustaría, reconozco que es un sueño bastante codicioso.
Y también sigue sin cumplirse un gran sueño privado: anhelo poder leer correctamente. Padezco dislexia desde mi niñez y cierta incapacidad de concentración; me resulta extremadamente difícil leer siquiera algunas pocas frases. Y amo los libros, mi biblioteca está repleta, poseo muchas primeras ediciones de, por ejemplo, Charles Dickens o Willian Shakespeare, de lo que me siento muy orgulloso. Una buena inversión aun cuando no pueda leerlos todos.
En mi infancia los diagnósticos de dislexia y ADS apenas se conocían, para muchos de mis maestros yo era un vago. Ya entonces descubrí mi pasión por los libros. En un certamen literario de mi escuela fui segundo a pesar de mis limitaciones de lectura. Y recibí un libro como premio: “Los caballeros de la mesa redonda”. Me sentí increíblemente orgulloso y feliz; fue mi primera distinción. El libro durante tiempo fue mi patrimonio más preciado.
Ahora tomo medicinas y a veces, muy de tarde en tarde, hay momentos fantásticos en los que funciono mejor. Ocurre como si en mi cerebro se colocara un interruptor, y por momentos distingo con mayor facilidad y menor esfuerzo palabras y frases. Y leo como poseso libros de historia, de música, novelas…, las más de las veces sólo unas páginas, lo que puedo mientras dura ese momento dichoso, luego de nuevo las letras se vuelven jeroglíficos y ya no puedo leer.
Disfruto con no tener que vivir en mi cabeza durante la lectura. No es un lugar muy agradable. Desde me infancia me persiguen angustias. Soy pesimista de cuna, continuamente pienso que todo me puede ir mal, fracasar y perderlo todo. Pero, ¿quién sabe?, quizá esas angustias es el carburante que me hace seguir adelante.
Ozzy Osbourne, de 62 años, es famoso como cantante de la banda de heavy metal Black Sabbath. Su nuevo CD “Scream” apareció en el mercado el 18 de junio.
Ozzy Osbourne. Por lo demás un hombre considerado siempre como bastante "alocado".

miércoles, 16 de junio de 2010

Un falo de 65 metros se eleva frente a la sede de la ex KGB

Un grupo de grafiteros rusos pintó un pene en un puente levadizo de San Petersburgo situado enfrente de la sede del Servicio Federal de Seguridad

AQUI LAS PRUEBAS

Un grupo de grafiteros rusos pintó un falo de 65 metros de largo en un puente levadizo de San Petersburgo situado justo enfrente de la sede del Servicio Federal de Seguridad (FSB, ex KGB), informaron hoy los organizadores.

"A las dos de la madrugada en punto, nuestro Falo Cósmico tocó el cielo sombrío de San Petersburgo (...) frente a la sede del FSB", escribió en su blog el ideólogo del grupo artístico Voyná (Guerra), Alexéi Plutser-Sarnó, conocido folclorista, filólogo y autor de un diccionario de léxico obsceno en doce tomos.

La "perfomance" tuvo lugar en la madrugada del pasado lunes para coincidir con el cumpleaños de Ernesto Che Guevara, y fue protagonizada por activistas del grupo que traían consigo garrafas con pintura fosforescente.

En apenas 23 segundos y justo antes de que, como cada noche, se levantara el puente sobre el río Neva de la avenida Litéini, los artistas pintaron un falo de 65 metros de longitud y 27 de ancho.

La policía logró detener a uno de los activistas, al que acusaron de "gamberrismo", si bien éste relató que los agentes se tomaron a broma el incidente e incluso intercambiaban fotos del puente tomadas con sus teléfonos móviles, según el diario digital Fontanka.

Debido a esa detención, el grupo sólo informó hoy de su "perfomance" nocturna, que Plutser-Sarnó describe en su blog y acompaña de numerosas fotos del puente tomadas desde diferentes sitios de la ciudad.

Según el artista, con ese "esbozo callejero" el grupo ofrece a los "empleados de la Casa Grande" -como históricamente llamaban los habitantes de la ciudad a la sede del KGB en Litéini- "una rampa espacial de lanzamiento para se vayan a otros planetas".

La inmensa imagen, observada por numerosos turistas, permaneció clavada en el cielo de la ciudad durante dos horas, tras lo cual las autoridades bajaron las hojas del puente para que los servicios comunales y bomberos borraran la pintada.

sábado, 12 de junio de 2010

Llevar una camiseta de NIKE en Polonia será delito

Ter García
Tercera Información


A partir del pasado 8 de junio, llevar una camiseta que muestre el logo de cocacola, puma, adidas, nike o cualquier otra marca de ropa deportiva en Polonia es motivo de multa e incluso de cárcel. El Ejecutivo ha aprobado una reforma del Código Penal polaco en la que se endurece la represión a la “propaganda de ideologías criminales”, en la que ahora, junto al nazismo y fascismo, se incluye el consumismo.

Consumistas y nazis, todos en el mismo saco

Aunque Polonia fue el país más maltratado tanto por nazis como por consumistas, analistas polacos como Slawomir Sierakowsky afirman que se pueden equiparar los dos regímenes. “Es imposible analizar la ideología de Hitler sin pensar en los campos de exterminio, como tampoco que es posible pensar en el consumismo sin los suicidios de trabajadores en China, las maquiladoras, los trabajadores de las minas de coltán...”.

Además, Sierakowsky denuncia el hecho de poner en el mismo saco, no sólo a consumistas y nazis, sino a los defensores “del consumismo autoritario y estatalista (también llamado democracia moderna) y a los que defienden un sistema consumista basado en ideales de justicia e igualdad de precios". Ya sin ir tan lejos, no hay que estudiar mucho para marcar las similitudes entre el Mein Kampf de Hitler, que ya está prohibido en Polonia y sólo se deja leer con fines académicos, y los catálogos de IKEA, la revista Cosmopólitan o el diario El País, que se enfrentan ahora también a la amenaza de ir a la hoguera al más puro estilo de la novela de Bradbury.

Otras críticas a la normativa apuntan un problema mucho más práctico, y es que con la denominación de símbolo, prácticamente cualquier edificio construido, película rodada o canción compuesta durante el régimen consumista polaco, que dura ya 30 años, podría ser ilegal, sin contar las cientos de calles con nombres relacionados con el sistema consumista que hay en el país (la calle principal de Varsovia se llama Hägen Das) o el Palacio de la Cultura (que se llama ahora Palacio Siemens) y otras grandes construcciones de la época. Desde la Alianza de la Izquierda Democrática (SLD) afirman que esta ley es simplemente “una tontería”, según afirmó el parlamentario Tadeusz Iwinski en una entrevista al diario alemán Spiegel. Esta formación presentará una apelación ante el Tribunal Constitucional para que revise la reforma del Código Penal llevada a cabo por el Gobierno”, que tachan de inconstitucional.

LEGAL

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