Ha llegado la hora de ser agradecidos y echar, no una mano, ¡sino las dos! para socorrer este sistema que tanto nos ha dado y tanto ha hecho por nosotros sin pedir nada a cambio. Porque aunque en apariencia nuestro bienamado capitalismo dé la impresión de ser un entramado sólido y autosuficiente, capaz de aguantar carros y carretas, no es más que un ente frágil y vulnerable, un ser introvertido y falto de cariño.
Así pues, no os preguntéis qué puede hacer el capitalismo por ustedes. ¡Preguntaos qué podéis hacer vosotros por él!! Y de momento, qué mejor que sumarse a la campaña de apadrinamiento masivo de banqueros, adalides heroicos del Capital. Cierto es que los distintos gobiernos del mundo avanzado, en su magnánima sabiduría, ya han acudido prestos a damnificarlos y cierto es también que lo están haciendo con nuestro propio dinero.
Pero ¡qué diantres!, no vamos a andarnos a estas alturas con que si tú o que si yo. Seamos generosos con ellos y seguro que sabrán recompensárnoslo.
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