Hacía ya lo suyo que una epidemia en condiciones no nos visitaba, y la verdad, es que se echaba de menos. Atrás quedaron los tiempos de la peste –conocida en Europa como la muerte negra– el cólera, la fiebre amarilla... terroríficas plagas que asolaron el mundo cristiano. Desde la célebre gripe made in Spain - que se llevó por delante a más de 50 millones de personas-, la mayor parte de los brotes epidémicos se han cebado con África y Asia. Pero en el occidente civilizado, aparte del cáncer, el sida y poco más, no tenemos más que la muerte colectiva por aburrimiento.
¡Y ya es hora de que cunda el pánico! La muerte llama a nuestras puertas porque la muerte atrae a la muerte. ¡Por eso no ha tardado en llegar a los cuarteles, centros de administración de la muerte! Dadle tiempo y el virus se colará en las mansiones, en las rascacielos, en los parlamentos, en los bancos, en los centros comerciales hasta corroer y dinamitar todo el organismo social. La Gripe A es antimilitarista y antiporcina. ¡La Gripe A es antitodo! Demos la bienvenida al virus de la nueva era y enseñémosle el camino.
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