miércoles, 14 de julio de 2010

58 y subiendo


En una decisión que se veía venir, que a esta redacción lisergica quasiparrandera y floja bajo el peso del verano no ha sorprendido en absoluto, France Télécom ha reconocido como accidente de trabajo el suicidio de uno de sus empleados el año pasado. Es la primera que obtiene esa consideración de los muchos asalariados que se han quitado la vida en los últimos años en la empresa, que en Expaña es propietaria de la operadora de móviles Orange y del operador de Internet ya.com.

La compañía ha aceptado considerar como accidente de trabajo el suicidio de un hombre de 51 años ocurrido hace hoy exactamente un año en su domicilio en Marsella, en el sureste de Francia. El fallecido, que trabajaba como arquitecto en la empresa, dejó una carta en la que explicaba su acción por la "sobrecarga de trabajo" a la que le sometía France Télécom. Además, acusaba al grupo de practicar una "gestión basada en el terror". La familia del fallecido recibirá la pensión que corresponde a los herederos de una muerte por causas laborales, señaló una portavoz del grupo.

La decisión la tomó el director general de France Télécom, Stéphane Richard, que asumió el puesto el pasado mes de marzo, en parte para atajar la crisis de confianza interna generada por la oleada de suicidios de trabajadores de la compañía. Aunque no hay una contabilidad oficial pública, se han registrado más de medio centenar de suicidios en la empresa desde comienzos de 2008. Algunas estimaciones cifran en 58 el número de empleados que se han quitado la vida. El grueso de muertes data del año pasado, cuando los sindicatos de la empresa denunciaron los estresantes métodos de trabajo y de organización, los constantes cambios de ubicación, de tarea y de residencia de los trabajadores y la presión directa para estimular las prejubilaciones.

Richard, que reemplazó en el cargo al dimitido Didier Lombard, ha querido desmarcarse con su decisión de los dictámenes elaborados por la Inspección General de Asuntos Sociales (IGAS) del Gobierno francés y de una comisión interna creada ex profeso por la empresa. Ambas instancias eran contrarias a que la muerte de ese empleado, que tenía la categoría de funcionario (el primer accionista de la compañía francesa es el Estado), se catalogara como accidente de trabajo.

Richard comunicó la decisión en una carta leída ayer por un director territorial de la compañía durante un homenaje al empleado fallecido.

Un portavoz de France Télécom recalcó que es obligación del grupo atender a la memoria del fallecido y a sus familiares y amigos. "Stéphane Richard desea igualmente hacer todo lo posible para que, todos juntos, podamos superar este momento tan doloroso", señaló. El trabajador muere, la familia es indemnizada y France Télécom lo supera. Y aquí no ha pasado nada, ¡ od@s a trabajar!

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