miércoles, 8 de julio de 2009

LECTURAS VERANIEGAS II

Continuamos aquí con algunas de las millones de propuestas para dejarse las pestañas junto a un líquido vermellón en el que flotan dos piezas de hielo. No duden en dejar sus recomendaciones en los comentarios.

Agotados de esperar el fin. Subculturas, estéticas y políticas del desecho, Servando Rocha, Virus

Parece ser que el Rocha no para de escribir, suceso éste que nos congratula enormemente. En tres años ha escrito y editado este volúmen sobre las subculturas históricas europeas y las casi seiscientas páginas del -quizá a veces repetitivo y redundante- "Historia de un incendio", aunque la extensión que no le reste fuerza en su magna apuesta por el ensayismo y reflexión en el que se habla de la Comuna de París y del punk. Si "Historia de un incendio" le da un cosqui teórico al de Greil Marcus, aunque para nosotras el del guiri -y excelso Dylanita- está mucho mejor escrito, "Agotados de esperar el fin" hace alarde de bibliografía y plantel teórico para reflexionar sobre la estética, la cultura y la absorción de lo radical por el mercado. Divertido y didáctico. "A través del estudio de las subculturas se pueden comprender muchos de los cambios sociales, políticos y económicos de la época que vio nacer los distintos estilos. Siguiendo el rastro de éstas, alcanzamos implicaciones más profundas que abarcan desde el campo de las transformaciones a una sociedad de consumo o la moda, hasta la criminología. De alguna forma, exteriorizaron una ausencia, un rechazo o un malestar notablemente airado respecto al tiempo que las acogió".

El libro de Caín, Alexander Trocchi, Anagrama

Que si el Burroughs escocés, que si el yonki atractivo, que si el exmiembro de la IS, que si el amigo de Debord, que si qué. El libro de Caín es la crónica neoyorkina de un yonki que vive en una barcaza del Hudson. Nihilista, certero y de prosa afilada y exacta Marrones, picaderos, reflexiones intempestivas. La heroína como elemento libremente elegido en un Nueva York destructivo.

Resolución de la Cuarta Conferencia de la Internacional Situacionista sobre el encarcelamiento de Alexander Trocchi.
Informados del arresto en los Estados Unidos de su amigo Alexander Trocchi, acusado de consumo y tráfico de drogas, los delegados de la Cuarta Conferencia de la Internacional Situacionista declaran que la I.S. sigue confiando plenamente en Alexander Trocchi.
La conferencia DECLARA que Trocchi no ha traficado en ningún caso con drogas; se trata claramente de una provocación policial por la que los situacionistas no permitirán ser intimidado
s; AFIRMA que tomar drogas carece de importancia; SEÑALA a Asger Jorn, Jacqueline de Jong y Guy Debord para que se pongan inmediatamente en acción en defensa de Alexander Trocchi e informen de tal acción a la I.S. lo antes posible. LLAMA, en particular a las autoridades culturales de Gran Bretaña y a todos los intelectuales británicos que valoren la libertad, a que pidan la liberación de Alexander Trocchi, que sinl ugar a dudas es el creador más inteligente de Inglaterra hoy por hoy.
Londres, 27 de septiembre de 1960.

El misterio de Manggiabarche, Massimo Carlotto, Barataria

Muratti, el caimán, no sólo es detective "alegal". Se enriquece de ser ex preso político adorador del blues y del calvados. Su dedicación a casos "alegales" procede su su conocimiento y erudicción en las cloacas del estado y la política. Le acompaña un elegante hampón entrado en años, su socio Beniamino Rossini, de estricto código ético. El caso: tres abogados sardos fueron acusados y condenados de la muerte de un colega diez años atrás. La justicia ya ha dado su veredicto, pero ellos, falsos culpables, desean recuperar su buen nombre y conocer la verdad. Por qué los acusaron, quién lo hizo y cómo se llegó a la conclusión de su culpabilidad. La investigación del Caimán va destapando toda una trama llena de extrañas conexiones. Militares de la Otan, tráfico de drogas, independentistas Corsos, agentes del servicio secreto italiano... Ritmo trepidante.
Carlotto también tiene lo suyo: militante de Lotta Continua, acusado de un asesinato que no cometió mietras investigaba la conexión narco de los grupos fascistas de Padua. Luego el exilio. Identidad falsa. Y las novelas.

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