

o burla. Me temo que tiene por delante mucha vigencia.
Sin embargo basta buscar en Youtube para apreciar que era una fantástica batería, sobre todo viendo cómo se las gasta en las actuaciones de la primera parte de su carrera, más yeyés y rozando el virtuosismo garagero. Aunque ella se consideraba “una batería que canta”, el público prefirió encasillarla en el papel de chica mona, perfectamente empaquetado en un personaje público cuyos hobbies eran cocinar, hacer punto y coleccionar peluches, mejor que recordarla como alguien capaz de redoblarse a sí misma (busca el vídeo del especial televisivo de 1976 para flipar). De hecho, se dejó ganar por la presión de ser la perfect housewife hasta el punto de que murió con 32 años debido a complicaciones asociadas a la anorexia que había sufrido desde que empezó su carrera.

Usaba mazas en vez de baquetas y a veces hasta ponía el bombo en horizontal para maltratarlo con ellas. Aportaba el toque crudo y salvaje a las canciones de la Velvet, esa dureza suave que se pega al estómago, el ritmo ágil de las canciones más amables y el denso de los pasajes heroinómanos. También es la voz de las bonitas “After Hours “y “I’m Sticking With You”.
Supo abandonar el barco a tiempo y cuando la Velvet se convirtieron en una caricatura de sí mismxs se puso a currar en Wal-Mart y vivió alejada de las estridencias de rock n roll star. Se dedicó a la cadena de supermercados entre 1971 y 1989, momento en que descubrió felizmente que se gana más dinero haciendo giras con reuniones de la Velvet y otros grupos.
La siguiente parada la hacemos en el Londres de la explosión punk de fi nales de los 70. Paloma Romero, más conocida como Palmolive, huyó de Málaga para buscar vidas más divertidas, las encontró de todos los tipos y de paso inventó una forma de tocar la batería fresca, cero pretenciosa y muy histriónica. Palmolive fue co-culpable del sonido descacharrante y destartalado de las Slits, hasta que las dejó porque no le gustaba la portada del elepé Cut (con razón, es horrible).

Preferimos quedarnos con la imagen que vemos en “Los punks”, un documental de TVE de 1978 con aspiraciones antropológicas, en el que cuenta como componente de “Las Rajitas” cómo veía el movimiento londinense de una forma encantadora. En aquellos momentos ella era joven, descarada y pasaba de todo; era punk y tocaba la batería, ¿qué más se puede pedir?
Siguiendo su estela, de forma ética o estética, vinieron luego todas las riot grrrls. No por militar en grupos sólo de chicas quiero dejar de citar a las maravillosas Janet Weiss de Sleater-Kinney (ahora toca con Stephen Malkmus, ex Pavement), Tobi Vail de Bikini Kill, Torry Castellano de las Donnas, Hannah Billie de The Gossip o Emma Gaze en Electrelane. Molan mil todas ellas, cada una en su estilo.
Vamos con una que no sabemos si existe pero marcó a una generación. Es Goo, que le da nombre al disco que Sonic Youth sacaron en 1990, uno de los más accesibles e icónicos de su trayectoria, el de la portada que muestra a una pareja de asesinxs en plan cómic. Kim Gordon, bajista y compositora sónica, le hizo una canción porque es una tía guay que se ríe de los chicos, se acuesta con quien quiere, lleva bragas verdes y, oh sí, toca la batería.
Para darle la importancia que se merece a nuestra amiga ¿imaginaria? contemos que Gordon por esta época iba por ahí dicienel punk y que este disco tuvo éxito a nivel MTV. Por cierto, incluye otro corte dedicado a Karen Carpenter en el que se la imaginan feliz en el cielo llevándole la sección rítmica a Janis Joplin y Elvis Presley. Entrañable.

Pero si queremos una leyenda indie con mayúsculas aquí viene Georgia Hubbley, de Yo La Tengo. El noise-rock de lxs de Hoboken no sería tan ruidoso, contundente, majestuoso ni catárquico sin la aportación de Hubbley. Lleva perfeccionando su técnica desde 1984 y es una delicia verla en directo.
De cualquier manera, la referencia más a mano que tienen desde hace unos años todas las chicas que quieren aprender a tocar la batería es Meg White, mitad de White Stripes. Una vez más se supone que el carismático es su ex marido y compa de banda, Jack, pero ella no se le queda atrás en glamour, interés y misterio.
Su forma de tocar se tacha mucha veces de simplista: mucho bombo, ritmos constantes o constantemente acelerados y poco más. Sin embargo no se le puede decir que no sea solvente, porque ella solita se echa encima toda la rítmica – que lxs White Stripes no tienen bajo ya lo sabéis todxs, ¿no? - y su discografía está llena de temazos bailables y saltables.
No es muy amiga de contar sus intimidades ni conceder entrevistas, pero esto es lo que dijo Jack White sobre quienes la critican: “Su feminismo y extremo minimalismo es demasiado para ser aceptado por algunos metalheads, ella puede hacer lo que aquellos con una gran habilidad técnica no pued

Terminamos con una apuesta para el porvenir:
Frankie Rose, una chica listísima que ha estado en tres de los grupos de indiepop más chulos que han salido de Nueva York en los últimos años. Primero las Vivian Girls, las reinas del reverb y el verano lo-fi , luego los www, más malrolleros y aterciopelados pero bien chulos, y de ahí a las Dum Dum Girls, que son las jefas de esta temporada en lo que a estribillos edulcorados y guitarras ramonianas se refi ere. Creíamos que seguía en esas pero no la hemos visto en el Primavera Sound con ellas. Es como si cada vez que su grupo se hace famoso fuera de Brooklyn lo dejara porque no quiere salir del barrio.
Y tengo ganas de saber qué es lo que maquina, o si está por fi n centrándose en su carrera como Frankie & The Outs, porque estoy convencida de que nos va a deparar momentos grandísimos.
Hasta aquí llego, ahora te propongo un ejercicio:
busca “drummer girl” en Google, verás cómo encuentras más fotos de tías semidesnudas sujetando baquetas de las que puedes soportar. Como decía, este artículo podría ser mucho más largo, cabe hacer mucha más arqueología y además habría que descentrarlo: sólo he hablado de pop y rock n roll anglófilo, pero me consta que hay muchas percusionistas que destacan en otras músicas y en otros mundos.
Para más información y aliento puedes emp

Pongámonos brutas para terminar: vamos a darles a todos esos gilipollas con la baqueta en la boca. Oh yeah.